Con el fin de mantener la apariencia del vehículo,
es importante cuidarlo adecuadamente.
Para proteger las superficies pintadas, lave el
vehículo lo antes posible:
después de una lluvia para evitar posibles daños
por lluvia ácida
después de conducir en carreteras costeras
cuando contaminantes como hollín, excrementos
de aves, savia de árbol, partículas metálicas
o insectos se adhieran a la superficie pintada
cuando se acumule polvo o lodo en la superficie
Siempre que sea posible, guarde o estacione el
vehículo en el interior de un garaje o en un área
cubierta.
Comprobar periódicamente que no hayan quedado
restos de agua estancada debajo de las alfombras que
podrían oxidar la chapa.
Si se dispone de ellas, sustituir las alfombrillas
desgastadas por otras originales, que se fijen
firmemente a la moqueta del habitáculo.